Tal día como hoy hace 10 años tuvimos la gran sorpresa Real de recibir en nuestro sencillo restaurante a los Príncipes de Asturias. A menudo nos preguntan por dicho acontecimiento y nosotros orgullosos de la visita contamos como fue el transcurso de dicho día. Fue el 25 de marzo de 2005 en plena Semana Santa cuando los hoy Reyes de España, nos visitaron. Exactamente era Viernes Santo y la zona de Urbanova estaba abarrotada de gente disfrutando del estupendo día. En nuestro restaurante El Capricho de Raquel no quedaban mesas sin reserva y la barra se encontraba repleta de gente tomando cervezas y vinos. Nos ponemos a recordar aquel día y parece que esté pasando… En la vida del ser humano existen días que recuerdas cada instante y cada detalle como si lo volvieras a vivir en el presente, ¿Verdad? Fue una visita informal e inesperada para nosotros mismos y más aún para el resto de comensales que se encontraban próximos a ellos, además de los sorprendidos residentes de la zona, que no se acababan de creer lo que veían. El día anterior los abuelos de Doña Letizia llamaron para reservar una mesa para seis comensales pero en ningún momento nos desvelaron con quién nos visitarían esta vez. Habitualmente los abuelos de la hoy Reina de España nos visitaban junto a Paloma, la madre de Doña Letizia. De manera que nos pareció todo como de costumbre. Cuando fue llegando el medio día, efectivos de seguridad comenzaron a llegar a El Capricho de Raquel y sus alrededores, entonces imaginamos que vendría alguna persona conocida pero en ningún momento pensamos que podría tratar de tal relevancia como eran, los futuros Reyes de España. En torno a las 14.45 horas y con unas discretas medidas de seguridad, Don Felipe y Doña Letizia aparecieron en Urbanova sin que nadie se apercibiera de su presencia hasta que se sentaron en la mesa que tenían reservada. Sergio Remacha, el hijo mayor de Raquel, la caprichosa, dio la bienvenida a todos los asistentes mientras Cati, la abuela materna de Doña Letizia, entraba a la cocina como siempre lo hacía al llegar, para presentarle a Raquel a su nieta Letizia, la princesa de Asturias y por aquel entonces futura Reina de España. Al principio, cuando todos ellos tomaron asiento, no sabíamos cómo dirigirnos a los Príncipes, tanto por la misma sorpresa como por el desconocimiento. Pero con la cordialidad y sencillez que nos caracteriza lo hicimos saber. Podemos contar con total certeza que los hoy Reyes de España, fueron personas verdaderamente cercanas, entrañables y sobre todo muy muy sencillos. Gracias a esa amabilidad que nos ofrecieron en todo momento, hizo que los nervios por atender a tan señalados comensales poco a poco se fueran disipando. Recordamos que Sergio, el sumillier de El Capricho de Raquel, les ofreció el vino que disfrutaron y asesoró de lo que a continuación comieron; marisco, berberechos al vapor… De plato principal disfrutaron de arroz negro y arroz de verduritas, para terminar probaron varios postres caseros que Raquel, la caprichosa, les recomendó. Mientras los Príncipes y sus acompañantes comían en el interior del restaurante junto con más clientes alrededor, a las puertas de El Capricho se iban agolpando decenas de personas que quería ver a Felipe y Letizia. Cuando finalizaron la comida tuvimos la oportunidad toda la familia de El Capricho de Raquel de hacernos una foto junto a ellos, la cual tenemos desde hace hoy 10 años enmarcada y colgada en el salón principal que mostramos con alegría y orgulloso en nuestro escondido restaurante. Además pudimos sentarnos a “charrar” con ellos. E incluso como los Príncipes se casaron el día del cumpleaños de Raquel, la caprichosa, pues les mostró su álbum de bodas de plata que ya con anterioridad la madre y abuelos de Letizia habían visto. Raquel les deseó que cumplieran muchos años juntos y felicidad, pudiendo cumplir los 25 años de casados y mucho más. La calle estaba abarrotada de gente y medios de comunicación que salían por todos los lados, jamás podríamos haber imaginado que en una calle como es la que se encuentra ubicado nuestro restaurante pudiera caber tanta gente. Fue digno de ver y recordar como a la salida del restaurante la gente les piropeaba y alagaba mientras intentaban caminar respaldados con los miembros de seguridad que los rodeaban. Al llegar a la zona de aparcamiento Don Felipe condujo su coche con Doña Letizia de copiloto y en la parte de atrás iban los abuelos y madre de la princesa. Fue una visita privada y discreta pero que creó una gran expectación. Para nosotros fue una experiencia increíble que nunca olvidaremos. Cuando se marcharon seguíamos sin creerlo e incluso pasaron varios días en los que tuvimos entrevistas de diferentes periódicos y revistas hasta que conseguimos valorar lo afortunados que fuimos de poder tener la presencia de la Familia Real en El Capricho de Raquel.